Ellos
que viven bajo los focos clamorosos
del
éxito y poseen
suaves
descapotables y piscinas
de
plácido turquesa con rosales
y
perros importantes
y
ríen entre rubias satinadas
bellas
como el champán,
pero
no son felices,
y
yo que no teniendo nada más que estas calles
gregarias
y un horario
oscuro
y mis domingos baratos junto al río
con
una esposa y niños que me quieren
tampoco
soy feliz.
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